Estamos tan obsesionados con "la perfección", que estamos perdiendo lo bonito de la imperfección. Cuantas veces tenemos que recordarnos a nosotras mismas una y otra vez que somos únicas, bellas y perfectas ante los ojos de Dios. Nos cuesta tanto vernos al espejo y aceptarnos tal y como somos con arrugas, con estrías, cuadradas, redondas , planas, altas, bajas, con sobrepeso, etc.
Buscamos siempre la perfección y nos aferramos tanto a los estereotipos que vemos en la tele, en las revista ó en las benditas redes sociales, que no nos damos cuenta que caemos en este juego de mentiras y de obsesión, de tener un cuerpo perfecto. ¡basta!
Olvídate de los estereotipos y disfrutare a lo máximo, nuestras imperfecciones son las que nos hacen bellas. Siéntete cómoda en tu propia piel y no te compares, ni te juzgues demasiado, si no al contrario agradécele a Dios por cada parte de tu cuerpo, ama tus imperfecciones y ámate incondicionalmente.
Gisselle Martin.